lunes, 15 de junio de 2015

Relato Lucia, inspirado en canción de Joan Manuel Serrat.

El siguiente cuento corto, fue inspirado en la canción del maestro Joan Manuel Serrat, que lleva el mismo titulo que el relato. Espero no destruir la canción con este cuento, aunque de cierta forma destruyéndola es por lo que se pudo hacer, un pequeño homenaje al maestro Serrat.



Lucia

¡Ay! ¿Hasta cuando podré olvidar?, 3 ciudades en menos de un año: Aguascalientes, Queretaro y ahora Monterrey. Me marche sin despedirme después de escribir una carta de más de 10 hojas, tal vez debí llevarla, lo único que pude hacer fue amarrarla a una pata del cardenal de mi abuela y dejarlo libre, como pensando que podría llegarle, solo encontré el reproche y la depresión de mi abuela.

Tenia tiempo con deseo de terminar la relación (relación desesperada). Con 43 años, con ella tuve mi relación más larga, desde joven sentí placer por desairar mujeres, cuando eran hermosas el placer era mayor, un día el tiempo pasó, la calvicie inicio, la talla del pantalón comenzó a crecer y esas damas se fueron con esa inercia del tiempo, eso hizo que buscara desesperadamente enamorarme, por noches soñé en sentirlo, en perderme en su sabor, como obsesión hable a ex pretendientes, primero Juanita, después Rubí, Karen, Maria, Soledad, Alejandra y todas respondieron con asombro lo mismo, un claro no y terminaron contándome de sus propias penas, de sus embarazos, hijos, negocios y fracasos.

Alejado de toda posibilidad de amor terminé por resignarme a que nunca llegaría, me dedique a cuidar a mi perro, remodelar la casa y por más tiempo a soportar las horas de oficina. Cuando había perdido toda esperanza observé a una mujer mayor que yo, saliendo del edificio de la empresa, vendía café a los oficinistas, me acerque y conversamos sobre banalidades, dos días después tuve otro acercamiento, ese día acordamos salir a esa misma noche para ver alguna película, ilusionado me preparé, por fin llegaba una mujer, sentía que debía estar junto a ella y así por fin tener mi historia de amor.

Todo fue muy rápido, esa noche me acompaño a mi casa y tuvimos sexo durante varias horas, el éxtasis lo sentía por todo el cuerpo, cada dedo que la tocaba parecía estar diseñado para ese fin. Pasaron los días y nuestro ritual era el mismo. Un día dejo un cambio de ropa, después unos grandes y brillantes tacones rejos, posteriormente el cargador de sus celular, cepillo dental, sin darme cuenta terminamos por vivir juntos.

Los meses fueron maravillosos, increíbles, tenia esperanza, de regreso a casa manejaba el coche con satisfacción y plenitud, como seguramente manejaron los soldados rojos al regresar de la segunda guerra, en cierta forma yo estaba preparándome para la mía.

Tiempo después las cosas cambiaron, se fue perdiendo, la seguridad que tenia me hizo buscar otras mujeres, ella hizo lo mismo. Despertábamos sabiendo que aunque esa noche habíamos podido replicar el ritual de la primera noche, durante el día tendríamos la cabeza llena de ideas destructivas, un abrazo por la tarde significaba dolar y tristeza; aún así los de la noche eran pasión y belleza, pasaron meses y se volvía insoportable. El dolor del amor me perseguía, luchaba por esconder tal sentimiento pero salía a flote.

-Amor, quiero hablar contigo. Dijo una tarde, me explicaba que llevaba meses despreciándome, cosa que compartíamos por lo cual solo pude mirarla y asentir, no podía negar o replicar algo, a fin de cuentas yo sentía lo mismo. Corrí a mi casa y sus cosas ya no estaban, me encontraba solo, tome mis cosas y me fui.

Desde ese día no puedo dejar de huir, los recuerdos de los primeros meses vienen a mi y aplastan toda mi cabeza, como si solo pudiera tener eso en mente, ahora me parece bello. Nunca le dije que me iba de la ciudad y me tortura que ella pueda estar buscando en casa, y que esos recuerdos mágicos de la relación puedan estar en ella también y sienta nuestra historia de amor.

Volviendo al departamento cada noche antes de dormir la pienso, cerrando los ojos la puedo casi tocar, siento alivio y susurro a su oído cuanto la amo y que su sombra, aún se acuesta en mi cama con la oscuridad, entre mi almohada y mi soledad.

miércoles, 10 de junio de 2015

Con tintes de poesía en prosa.

El gran Don Nicanor Parra, en el discurso del premio Cervantes responde a una pregunta de unos estudiantes de Pedagogía "Sáquenos de la duda Don Nicanor,  ¿En que se distingue la prosa del verso? diferencia, ninguna, es cuestión de costumbre solamente los poetas escriben para abajado, los prosistas escriben para el lado".

Escribo esta introducción, porque el siguiente texto más que narrar de forma clara personajes o situaciones o como los textos anteriores es un acercamiento a la poesía o mejor dicho un híbrido.


No lo necesito

Llevatelo, no lo necesito, he obtenido todo lo que quería de el
Y si aún así quisiera algo más, solo sería nostalgia porque cuando lo tuve no lo tome.

Es miedo y angustia al vació, en la nada hay algo; es el todo en la nada
¿Cuantas veces tendré que repetirlo? -Un par de veces más. Refunfuño una voz terca desde dentro.

Es cierto, al lanzarme al viaje lo supe, no engañe, ni fui engañado
El dolor es acordado, es un tratado, no con palabras, 
Es un pacto de los opacos espíritus de los que se hacen llamar amantes.

lunes, 8 de junio de 2015

Carta de un amor.

Permiteme hablarte de manera honesta, aunque no quiero hacerlo y menos pedir permiso para escribirte, aunque lo haré para condecorarle un poco, lo que si aprecio es que no puedes contestarme, eso calma, caeré en errores, sin tener tu opinión.

Cuando te miraba la noche del martes, sin aclamar tu nombre me comunicaba, pensaba en lo torpe que seria estar contigo, no en el sexo (que seguramente seria malo) si no porque llevo tiempo que te pienso, te pienso como se piensa un cuento o una historia, mejor dicho como se piensa en mi pueblo que es como un poema que intenta narrar, con mucha abstracción y poca claridad. Pero tu historia es diferente nadie sabrá de ella porque no es de narco o de politica o de narco-politicos que es lo que se cuenta. El pensarte de esta manera se convirtió en su primer momento en problema, aunque soy joven estoy comprometido, no con mujeres sino con ideas de esas que no tienen o no encuentran tiempo.

Cuando estudiaba la prepa llevaba clase de literatura con un profesor sin pelo, alto y desaliñado, este hombre bastante extraño intentaba dar lección a una manada salvaje de 45 jóvenes hacinados, entre ellos, yo; más salvaje que los otros probablemente, esta clase aunque bastante pobre en teoría (cosa que agradezco) rescataba los interminables viernes con clases de matemáticas, geografía y alguna otra sin importancia como ética o algo así.

9:30 am, hora de clase , recitando poemas e historias de los grandes, si había suerte leíamos algo de Edgar Allan Poe o alguna otra historia donde por lo menos un personaje termina en ataúd. Por cierto me agradaba un cuento Güilly.... Güill.... mmmmh..... Güilliam... Güilson, sí, Güilliam Güilson, me atrapo a mis ya 15 años, ¡buenísimas lecturas!. Uno de esos viernes, el profesor me atrapo subrayando algunas frases, ¡estúpido hombre! reclamaba un tanto indignado que un buen libro nunca se marca, ja... Lo marcaba para recordar ¿A quien le interesa marcar un libro para dañarlo?, a los escritores nunca les preguntan ¿Que marcaste en los libros que has leído?, por contrario se pregunta ¿Que libros te han marcado?, en ese momento logré darme cuenta de su idiotez, un libro es la idea ya escrita, es la idea que existe o que existió con el fin de radicar en el otro o mejor aún ya no esta  y se fue cuando se escribió y permanece viajando en el viento y jamas en el papel. Ahora tal vez te preguntes porque contar esta historia porque por fin lo entendí, llegue a una conclusión, te pienso como a Poe o como a Güilson o como a la lección de matemáticas o como el hombre sin pelo que reclama, o esa clase de geografía que tuve y ya no esta aunque guarde con fervor los apuntes para creer que no fue en vano el tiempo que me mantuve sentado gastando letra o números o símbolos. Pues te pienso tan como eres o tan como yo soy.

Si es que de algún modo yo soy o tu eres y sí eres como te pienso, el problema entonces emergió en primer momento pero no del tiempo del nacimiento de tu rostro, nació conmigo, en ese cuarto de hospital publico, abrupto y con llanto.
Aún así te contemplare desde el otro lado, ese otro que no conocerás, no por mis compromisos esta vez, si no por los tuyos, así te pensare como al 2+2 o como al delirio de Poe o como al mio y como al tuyo.