Permiteme hablarte de manera honesta, aunque no quiero hacerlo y menos pedir permiso para escribirte, aunque lo haré para condecorarle un poco, lo que si aprecio es que no puedes contestarme, eso calma, caeré en errores, sin tener tu opinión.
Cuando te miraba la noche del martes, sin aclamar tu nombre me comunicaba, pensaba en lo torpe que seria estar contigo, no en el sexo (que seguramente seria malo) si no porque llevo tiempo que te pienso, te pienso como se piensa un cuento o una historia, mejor dicho como se piensa en mi pueblo que es como un poema que intenta narrar, con mucha abstracción y poca claridad. Pero tu historia es diferente nadie sabrá de ella porque no es de narco o de politica o de narco-politicos que es lo que se cuenta. El pensarte de esta manera se convirtió en su primer momento en problema, aunque soy joven estoy comprometido, no con mujeres sino con ideas de esas que no tienen o no encuentran tiempo.
Cuando estudiaba la prepa llevaba clase de literatura con un profesor sin pelo, alto y desaliñado, este hombre bastante extraño intentaba dar lección a una manada salvaje de 45 jóvenes hacinados, entre ellos, yo; más salvaje que los otros probablemente, esta clase aunque bastante pobre en teoría (cosa que agradezco) rescataba los interminables viernes con clases de matemáticas, geografía y alguna otra sin importancia como ética o algo así.
9:30 am, hora de clase , recitando poemas e historias de los grandes, si había suerte leíamos algo de Edgar Allan Poe o alguna otra historia donde por lo menos un personaje termina en ataúd. Por cierto me agradaba un cuento Güilly.... Güill.... mmmmh..... Güilliam... Güilson, sí, Güilliam Güilson, me atrapo a mis ya 15 años, ¡buenísimas lecturas!. Uno de esos viernes, el profesor me atrapo subrayando algunas frases, ¡estúpido hombre! reclamaba un tanto indignado que un buen libro nunca se marca, ja... Lo marcaba para recordar ¿A quien le interesa marcar un libro para dañarlo?, a los escritores nunca les preguntan ¿Que marcaste en los libros que has leído?, por contrario se pregunta ¿Que libros te han marcado?, en ese momento logré darme cuenta de su idiotez, un libro es la idea ya escrita, es la idea que existe o que existió con el fin de radicar en el otro o mejor aún ya no esta y se fue cuando se escribió y permanece viajando en el viento y jamas en el papel. Ahora tal vez te preguntes porque contar esta historia porque por fin lo entendí, llegue a una conclusión, te pienso como a Poe o como a Güilson o como a la lección de matemáticas o como el hombre sin pelo que reclama, o esa clase de geografía que tuve y ya no esta aunque guarde con fervor los apuntes para creer que no fue en vano el tiempo que me mantuve sentado gastando letra o números o símbolos. Pues te pienso tan como eres o tan como yo soy.
Si es que de algún modo yo soy o tu eres y sí eres como te pienso, el problema entonces emergió en primer momento pero no del tiempo del nacimiento de tu rostro, nació conmigo, en ese cuarto de hospital publico, abrupto y con llanto.
Aún así te contemplare desde el otro lado, ese otro que no conocerás, no por mis compromisos esta vez, si no por los tuyos, así te pensare como al 2+2 o como al delirio de Poe o como al mio y como al tuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario