lunes, 5 de octubre de 2015

El pendejo o el artista callejero.

Cuando me fragmento no cuento historias, porque no se puede sentir el dolor, la tristeza y otros sentimientos. En mi pueblo ¿Qué es ser un pendejo? primero tendría que decir que es ser, un poco humano y otro tanto instintivo. Con grandeza animal camina el hombre 6:15 ¡Despertar!¡Despertar! suena el timbre y se levanta -Un poco más, un poco más. Sin tocar a la mujer se para de la cama, toma un baño, agua fría, no hay dinero, no hay comida, no hay razón.

7:30 abrir un pequeño negocio en una colonia popular, comprar a 3 vender a 10 dice el patrón, -tonto patrón, descuídese y le bajo a la vieja. ¿Quién no? ¿Quién sí? Abrir la caja el viernes, tomar el dinero para correr a la cantina y gastar dinero robado, tal vez al despertar pudo hacer algo diferente, pero así es ser y la idea es ser, pero no un pendejo. Tomar y correr, a fin de cuentas, dice el niño, todo es mío, me lo arrebataron al nacer


Igual y con suerte haré algo tan grotesco en un lugar tan común que parezca tan atípico a ti, a él, al hombre que camina, para que paren, vean y su vida no sea igual, conseguir el asombro, mantenerte en un estado hipnótico, porque la vida ya no es vida y mucho menos es tuya, es mía, es mi creación, es mi arte, como la pelota de un niño, rebotar y rebotar. Despiertas y ojalá lo hagas, sin trabajo, sin dinero, sin escuela, con una hoja, una pluma, el alma destrozada y con un dolor tan grande que tengas que describirlo, lo hagas mejor que yo y así no serás lo que en mi pueblo se dice.

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